Educación: las huellas de la desigualdad

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Shara Naranjo

Coordinadora de contenidos y proyectos en Estudios Sociales de Colombia

La historia del sistema educativo en Colombia está marcada por profundas desigualdades que han condicionado el desarrollo del país a lo largo del tiempo. Desde la influencia moralizadora de la Iglesia Católica durante la Regeneración hasta los intentos de modernización con la “Revolución en Marcha”, la educación ha reflejado las divisiones sociales entre las élites urbanas y las clases populares rurales.

La Regeneración, iniciada en 1886, marcó un punto de inflexión en el sistema educativo colombiano al priorizar la moralización y el control religioso. Según la Constitución de 1886 y el Concordato de 1887, la Iglesia Católica asumió un papel dominante en la educación, especialmente en las áreas rurales, donde se encargó de educar y “civilizar” a la población bajo un enfoque doctrinal. 

El objetivo principal de este sistema educativo era garantizar el comportamiento moral de los ciudadanos mediante la enseñanza de valores religiosos. Este control de la Iglesia persistió durante las primeras décadas del siglo XX, moldeando las estructuras educativas del país.

¿Cómo era la educación primaria?

En las primeras décadas del siglo XX, la educación primaria en Colombia evidenciaba las divisiones sociales del país. Las élites urbanas, con acceso a mejores recursos, enviaban a sus hijos a colegios privados, especialmente en las ciudades más grandes. 

En contraste, las escuelas rurales y públicas, que atendían a las clases trabajadoras y campesinas, sufrían una notable falta de recursos. Estas escuelas, además de tener una duración menor en sus programas (solo tres años frente a los seis de las urbanas), carecían de infraestructura adecuada y de docentes capacitados.

Según Aline Helg, los estudiantes rurales se educaban en condiciones precarias: edificios inadecuados, falta de materiales básicos y maestros mal remunerados, muchos de los cuales contaban con una formación deficiente. Esta situación perpetuaba las desigualdades, limitando las oportunidades de progreso de los niños en la vida adulta.

“El escolar promedio colombiano, mal vestido, descalzo, desnutrido, asistía con esfuerzo a escuelas antihigiénicas y recibía lecciones de maestros mal preparados y mal pagados”.

Problemas en el sistema educativo

Los programas de educación primaria en Colombia estaban diseñados para enseñar fundamentos básicos: lectura, escritura, aritmética y religión. La precariedad y la falta de recursos en estas escuelas dificultaban la motivación de los estudiantes para permanecer en el sistema, la mayoría llegaba hasta segundo de primaria.

El analfabetismo y la deserción escolar fueron problemas endémicos en el sistema educativo colombiano durante la primera mitad del siglo XX. En las zonas rurales, la pobreza, la falta de infraestructura y la necesidad de que los niños trabajaran para ayudar a sus familias llevaron a una alta tasa de deserción. Entre 1918 y 1934, esta tasa superaba el 20%.

Uno de los problemas más graves fue el desfinanciamiento crónico del sistema educativo. Tanto las escuelas públicas rurales como urbanas sufrían una notable falta de inversión estatal. La escasa remuneración de los maestros desalentaba a los más capacitados a ejercer la docencia en áreas alejadas de los centros urbanos. 

Este desfinanciamiento afectaba las reformas educativas propuestas, que, aunque bien intencionadas, carecían de los recursos necesarios para generar un impacto real y sostenible, perpetuando así las desigualdades entre la educación rural y urbana.

Remedios: la Revolución en Marcha

La Revolución en Marcha del presidente Alfonso López Pumarejo (1934-1938) buscaba reformar y modernizar el sistema educativo colombiano. Enmarcada dentro de un ambicioso plan de cambios estructurales, esta reforma intentaba democratizar la educación y hacerla más accesible para los sectores populares y rurales. 

Entre las innovaciones más notables estuvo el programa educativo “Rin Rin”, que utilizaba la revista para contrarrestar la ausencia de materiales didácticos. A pesar de las innovaciones, la “Revolución en Marcha” enfrentó varios obstáculos. El programa “Rin Rin” no tuvo el impacto esperado debido a la falta de recursos y la resistencia política de sectores conservadores que presentaban su revista para niños “Chanchito”.

Además, las reformas no lograron llegar de manera efectiva a las zonas rurales más empobrecidas, donde la estructura educativa seguía siendo deficiente.

Costo social de las desigualdades

El sistema educativo colombiano ha fortalecido las desigualdades sociales existentes. Mientras las élites urbanas aseguraban una formación de mayor calidad para sus hijos a través de la educación privada, las clases trabajadoras y campesinas se conformaban con una educación pública deficiente. 

Esta desigualdad estructural limitó la movilidad social y perpetuó la pobreza en los sectores más vulnerables de la sociedad. En 1985, el 14% de la población seguía siendo analfabeta, y en 1993, la cifra era del 11%.

A pesar de los avances en cobertura educativa en las últimas décadas, las desigualdades persisten. Las brechas entre la educación pública y privada, así como entre zonas urbanas y rurales, siguen siendo profundas. 

A pesar de los avances en cobertura educativa, las desigualdades en Colombia siguen siendo un desafío crucial para el sistema educativo actual. La falta de una educación equitativa y de calidad ha afectado a generaciones, contribuyendo a la pobreza y marginación de amplios sectores de la población. 

Superar estas brechas requiere una reforma estructural profunda que transforme el sistema educativo en una herramienta eficaz para reducir la inequidad y promover un desarrollo sostenible en todo el país.

¿Quieres saber más?

Helg, Aline. La educación en Colombia, 1918-1957: Una historia social, económica y política. Bogotá: Editorial Fondo de Cultura Económica, 2001. Disponible en: http://repositorio.pedagogica.edu.co/bitstream/handle/20.500.12209/17120/Educaci%c3%b3n%20en%20colombia_web.pdf?sequence=6&isAllowed=y

Martínez Boom, Alberto. (2016). Maestro, función docente y escolarización en Colombia. Propuesta educativa, (45), 34-49. Recuperado en 25 de septiembre de 2024, de https://www.scielo.org.ar/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1995-77852016000100005&lng=es&tlng=es.

Palacios, Marco. Entre la legitimidad y la Violencia.
Bogotá: Norma, 1995.

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