¿Juntos pero no revueltos?

Daniela Tarazona

Daniela Tarazona

Asistente Legal

El matrimonio puede ser un tema controversial en algunas ocasiones, pues los futuros cónyuges pueden tener dudas sobre la manera en la que van a manejar su vida cuando estén juntos o incluso temor de sentir que su relación se pondrá en riesgo.

Por lo general, uno de los factores que influyen en esta decisión son los bienes que posee cada uno. Al contraer matrimonio nace una institución llamada sociedad conyugal, que involucra los bienes, derechos y obligaciones de las parejas unidas en matrimonio.

Con el nacimiento de la sociedad conyugal se crea una comunidad de bienes que serán compartidos por los cónyuges, haciendo distinción entre aquellos bienes que hacen parte de la sociedad de los bienes que son propiedad de cada uno, como los que se tenían antes del matrimonio.

Aquí pueden surgir inquietudes por parte de la pareja en cuanto a la claridad y control que cada uno quiere tener sobre sus posesiones. Pensando en estas situaciones, nuestro Código Civil reguló dicho escenario con el acuerdo de capitulaciones.

Las capitulaciones son un acuerdo previo que hacen los futuros esposos antes de contraer matrimonio, esto con el objetivo de establecer una serie de reglas económicas sobre la sociedad conyugal.

De esta manera, dicho acuerdo buscará determinar los bienes que aportará cada uno a la unión, aquellos que se excluyen y aquellos que desean compartir. El acuerdo no busca ser un detonante de desconfianza, sino un mecanismo que sirva para proteger los intereses de cada uno así como evitar futuros conflictos ante una posible separación.

Una vez discutidos los bienes, se elevará ante escritura pública en una Notaría. En este acuerdo no deben existir estipulaciones contrarias a la ley y se debe hacer claridad de que es irrevocable e irreversible, es decir, una vez realizado no estará sujeto a cambios y será vigente una vez constituido el matrimonio y por el tiempo que éste dure.

Las capitulaciones no tienen que ser un dolor de cabeza sino una manera de que cada cónyuge administre libremente sus propiedades. Si quieres casarte, pero también tienes algunas inquietudes sobre los temas que puedan surgir, no dudes en consultar a uno de nuestros especialistas. En el Taller Jurídico estamos para atender y escuchar cada una de tus dudas, acompañándote en cada aspecto que necesites.