El incierto camino hacia el Metro en Bogotá

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Shara Naranjo

Coordinadora de contenidos y proyectos en Estudios Sociales de Colombia

Bogotá es una de las diez ciudades del mundo con aproximadamente 8 millones de habitantes que sigue sin contar con un metro como su principal sistema de transporte urbano. 

A lo largo de su historia, la capital colombiana ha explorado múltiples alternativas para mejorar la movilidad de sus habitantes, pero el sueño de construir un metro sigue sin hacerse realidad.

Las promesas incumplidas, la lenta ejecución del proyecto y la falta de financiación han sido obstáculos significativos en este camino. Además, el desarrollo del transporte público en Bogotá ha estado marcado por soluciones precarias e insuficientes.

¿Qué remedios se han implementado en Bogotá para abordar los problemas de transporte? ¿Por qué el proyecto del metro ha quedado rezagado? Quédese y le contamos.

La difícil tarea de movilizar la capital

La historia del transporte en Bogotá está intrínsecamente ligada al crecimiento de la ciudad y a la necesidad de soluciones efectivas de movilidad. A finales del siglo XIX, la llegada del tranvía en 1884 marcó el inicio de un sistema de transporte moderno. 

Este servicio, que comenzó siendo de tracción animal y luego se volvió eléctrico, dominó la movilidad hasta 1951, cuando fue reemplazado por autobuses debido a la creciente demanda y al deterioro ocasionado por el Bogotazo de 1948.

El siglo XX trajo consigo grandes retos de movilidad, ya que Bogotá pasó de ser una ciudad pequeña a una metrópoli en constante expansión, lo que hizo evidente la necesidad de un sistema de transporte más eficiente. 

Aunque desde 1942 se propuso la construcción de un metro, diversas administraciones han intentado, sin éxito, llevar a cabo el proyecto debido a problemas financieros, políticos y técnicos.

Tranvía de tracción animal.

“Haber tomado la decisión en 1942 habría sido muchísimo más fácil que ahora”, afirma Oscar Alfonso Roa, economista urbano. “En ese entonces, no existían los vericuetos institucionales, la segregación socioespacial, ni la complejidad comercial y financiera que enfrentamos hoy”, además, la ciudad tenía solo el 10% de su tamaño actual y contaba con apenas 380.000 habitantes. Según Roa, demorar la decisión ha encarecido y complicado aún más el proyecto.

Entre 1953 y 1990, varios alcaldes y gobiernos distritales y nacionales consideraron el metro como la solución definitiva a los problemas de movilidad de la ciudad. 

En 1957, durante la presidencia de Rojas Pinilla, se contrató a una firma japonesa para iniciar las obras, pero el proyecto fue descartado por los gobiernos del Frente Nacional.

Durante las décadas de los 60 y 70, con el aumento poblacional, la idea del metro resurgió, pero nuevamente los planes se estancaron debido a la falta de fondos y a dificultades de coordinación entre el gobierno distrital y el nacional. 

Trolley en Bogotá, Sady González.
¿Y el Metro?

Aunque en los años 90 finalmente existía consenso para crear el proyecto, los recursos seguían siendo un obstáculo. Con la llegada de Enrique Peñalosa a la alcaldía en 1998, se priorizó la construcción de TransMilenio, un sistema más económico de buses rápidos con carriles exclusivos.

Si bien este sistema ha proporcionado una solución inmediata, no ha logrado mitigar por completo los problemas de movilidad de la ciudad. Aunque Peñalosa propuso en su momento el metro como complemento del TransMilenio, esta idea no fue más que una estrategia política.

El metro, en sus diversas versiones (subterráneo o elevado), ha sido un tema recurrente en las discusiones sobre el futuro de Bogotá durante décadas. Desde estudios técnicos en los años 80 y 90, pasando por el Plan Maestro de Transporte Urbano de Antanas Mockus en 1996, hasta la propuesta de un metro elevado por Peñalosa en 2015, las promesas han sido constantes. 

Sistema de buses en Bogotá, década de 1990.

Sin embargo, las crisis económicas, la devaluación del peso y las disputas políticas han dificultado su realización, especialmente cuando los alcaldes buscan que el proyecto lleve su nombre.

Hoy, la construcción del metro sigue siendo una promesa a medio cumplir, mientras la ciudad enfrenta crecientes desafíos de movilidad. A junio de 2024, el proyecto marcó un avance del 35,73%, pero los capitalinos siguen siendo escépticos respecto al proceso y anhelan finalmente la materialización del proyecto.

El metro de Bogotá no solo representa una necesidad de infraestructura, sino que también es una deuda histórica con la ciudadanía, que ha sido testigo de estudios repetidos y obras postergadas a lo largo de las décadas. 

Su desarrollo, aunque tardío, es clave para aliviar la congestión y mejorar la calidad de vida de millones de bogotanos a menos que, una vez más, se quede como una promesa a medio cumplir.

¿Quieres saber más?

Archivo de Bogotá, Un recorrido por la historia del transporte público de Bogotá. Disponible en: https://archivobogota.secretariageneral.gov.co/sites/default/files/documentacion-archivo/Cartilla%20historia%20del%20transporte-DDAB%2019-12-2022.pdf

Empresa Metro de Bogotá, Historia. Disponible en: https://www.metrodebogota.gov.co/historia

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