Alejandro Alvarado

Alejandro Alvarado

Director Ejecutivo de Estudios Sociales de Colombia

La publicación del prepliego de estructuración de prefactibilidad de la conexión férrea entre la Región Metropolitana Bogotá y el corredor férreo central (La Dorada – Chiriguaná), es un hito más en la reconciliación nacional con su proyecto ferroviario.

Encontramos intenciones de desarrollar el tren en Colombia desde 1826, esos primeros años de una república necesaria pero imposible marcaron la desgracia para los proyectos de infraestructura nacional, el desorden político y la incapacidad administrativa minó el proyecto desde su inicio.

Dentro de los principales retos del gobierno nacional y las autoridades locales era vivir estructurando sin plata, solo en aquellos casos en los que se encontró un promotor con capacidad financiera suficiente se tuvo éxito, era usual que los contratos se rescindieron por incapacidad económica del constructor.

Algunas experiencias exitosas como la línea entre Sabanilla y Barranquilla construida para 1869 por la empresa Seligman y Harbleecher activó sin duda el circuito económico compuesto por el puerto y el río Magdalena, y significó un avance económico que permitió el crecimiento de la ciudad.

Comprender la sociedad y el contexto

Unir el acero de los rieles con las hojas de papel de las investigaciones sociales es fundamental para garantizar el éxito del modo ferroviario en esta segunda oportunidad, al final los usuarios de la infraestructura son personas, sus aliados o enemigos.

El proyecto actual del ferrocarril se desarrolla en medio de ciudades y centros poblados mucho más grandes y complejos, y con unas demandas sociales respecto a las iniciativas de infraestructura mucho más estructuradas.

Desde rondas de carrilleras ocupadas irregularmente hasta estaciones que hoy día son consideradas patrimonio nacional. Los retos que trae la reactivación del tren en el ámbito de las ciencias sociales deberán ser atendidos como una manera de prevenir conflictos que pudieran ocasionar demoras innecesarias en la ejecución del proyecto.

Un efecto que deberá preverse sobre los transportadores de carga a través de camiones que habían disfrutado de exclusividad sobre esa actividad en los últimos treinta años, esos conflictos sociales deberán ser comprendidos y mitigados.

Estudios sociales para el desarrollo

Las obras de ingeniería más allá de sus complejidades y aspectos técnicos están diseñadas para fines humanos, para mejorar la calidad de vida de la sociedad en general y producir beneficios a distintos grupos asociados a los proyectos.

Toda la órbita de beneficios y responsabilidades se encuentran en un contexto social que debe ser valorado y comprendido por profesionales que entregarán datos de alto valor, que facilitará el proyecto y ahorrará costos.

Ver estos estudios sociales más allá del simple cumplimiento de requisitos exigidos por las autoridades públicas para tramitar licencias y autorizaciones son verdaderas herramientas para el marketing social de los proyectos y para la identificación de cadenas de valor que son desaprovechadas por desconocimiento del territorio.

De 150 años de historia del ferrocarril en Colombia hay mucho para no olvidar, sin duda venimos de un fracaso absoluto, pero siempre tendremos la posibilidad de construir proyectos exitosos si estamos dispuestos a conectar el conocimiento necesario.