De héroes a mercenarios forzados

Nuestra organización construye un país con mejores oportunidades.

1
Picture of Shara Naranjo

Shara Naranjo

Coordinadora de contenidos y proyectos en Estudios Sociales de Colombia

La participación colombiana en la Guerra de Corea: un hito histórico y geopolítico

La Guerra de Corea (1950-1953) representó un momento singular en la historia de Colombia: la primera ocasión en que el país desplegó tropas en un conflicto bélico fuera del continente americano. Este episodio, que involucró al Batallón Colombia y la fragata ARC Almirante Padilla, no solo significó una incursión inédita en la política internacional, sino que marcó profundas repercusiones en el ámbito militar, diplomático y social. 

Para comprender las raíces de la participación colombiana en este conflicto y su influencia en fenómenos contemporáneos, como la participación de colombianos en conflictos internacionales como mercenarios en Sudán, los Emiratos Árabes o Ucrania, es necesario analizar las motivaciones, el desarrollo y las implicaciones de este capítulo histórico.

¿Colombianos en la Guerra de Corea?

Colombia ingresó a la guerra como respuesta al llamado de las Naciones Unidas, que buscaban frenar la invasión de la división del norte, respaldada por China y la Unión Soviética, sobre la Corea del Sur. Este esfuerzo, parte de las primeras intervenciones militares del organismo internacional, se enmarcó en la tensa rivalidad geopolítica de la Guerra Fría. 

La participación colombiana, sin embargo, fue mucho más que un gesto altruista de apoyo a la paz global. El gobierno de Laureano Gómez vio en esta acción una oportunidad estratégica para estrechar relaciones con Estados Unidos, consolidar su posición en el bloque capitalista y proyectar una imagen de modernización ante una comunidad internacional que comenzaba a consolidarse en torno a la ONU​.

La decisión de participar también respondía a una serie de intereses internos. En un país inmerso en La Violencia, el conflicto bipartidista que marcó la década de 1950, el envío de tropas permitió desviar parcialmente la atención de los problemas domésticos y proyectar una narrativa de cohesión nacional. 

Adicionalmente, el despliegue del Batallón Colombia fue visto como una forma de profesionalizar las Fuerzas Armadas, expuestas hasta entonces principalmente a conflictos internos. Las tropas colombianas recibieron entrenamiento militar en estándares estadounidenses, un beneficio que modernizó aspectos logísticos y tácticos de las fuerzas castrenses del país​.

El desarrollo de la participación colombiana en Corea estuvo marcado por desafíos significativos. El Batallón Colombia, compuesto por cerca de 5,100 soldados, se desplegó en misiones de combate en escenarios extremos, como la defensa de Old Baldy, donde enfrentaron intensos ataques de fuerzas norcoreanas y chinas. 

Los soldados colombianos, provenientes de diversos sectores sociales, enfrentaron condiciones adversas, desde un clima hostil hasta un enemigo superior en número y recursos. A pesar de ello, lograron destacar por su disciplina y resiliencia, ganándose el respeto de las fuerzas aliadas.

Efectos

Sin embargo, este esfuerzo no estuvo exento de un alto costo humano y social. Durante la guerra, el Batallón Colombia sufrió 163 bajas mortales y más de 400 heridos, además de múltiples secuelas físicas y psicológicas entre los sobrevivientes. 

Al regresar a Colombia, los veteranos enfrentaron un Estado que, si bien los había exaltado como héroes, no les proporcionó el apoyo necesario para su reintegración social y económica. Esta falta de reconocimiento institucional sentó un precedente en el tratamiento de los veteranos en el país, reforzando la percepción de abandono hacia quienes arriesgan sus vidas en conflictos internacionales​.

En términos diplomáticos, la participación colombiana en la Guerra de Corea fortaleció su alianza con Estados Unidos, lo que se tradujo en un incremento de la ayuda militar y económica durante las décadas siguientes. 

Sin embargo, también marcó el inicio de una tendencia en la que los soldados colombianos, ya sea como parte del ejército regular o en roles privados, se involucrarían en conflictos internacionales. 

El reconocimiento adquirido por su capacidad y experiencia en combate, combinado con la precariedad económica y la falta de oportunidades en el país, contribuyó a la posterior proliferación de mercenarios colombianos en guerras y conflictos contemporáneos, como los de Sudán, Ucrania, Emiratos Árabes y Haití.

El tema de los mercenarios colombianos ha resonado en las últimas semanas, tras el descubrimiento de la presencia de cerca de 300 ex militares colombianos en la guerra civil de Sudán, al norte de África.

Tienen en común una cosa con los soldados combatientes en Corea: la mayoría no sabían a dónde serían llevados. En el caso de Sudán, una empresa privada dirigida por un ex oficial del ejército ofrecía trabajo en seguridad petrolera de los Emiratos Árabes a los oficiales retirados del ejército, pero serían llevados a combatir en una guerra ajena, con muy pocas posibilidades de salir vivos de allí.

Este es un efecto de las precarias condiciones para los soldados jubilados, que ven en la posibilidad de un trabajo en el extranjero, una ventana económica. Pero además, por la historia del conflicto armado en el país y la tecnificación del ejército desde finales de los noventas, son soldados con experiencia apetecidos en las empresas de seguridad internacionales.

Del mismo modo, los veteranos de la guerra de Corea, tras las condecoraciones fueron rápidamente olvidados por el Estado. Con graves afectaciones psicológicas y una situación económica lamentable, muchos de los combatientes en Corea terminaron en las calles.

La Guerra de Corea, lejos de ser un episodio aislado, constituye una clave para comprender la participación de los colombianos en conflictos internacionales, y la débil infraestructura estatal para sostener y proteger a sus combatientes tras los conflictos. Este capítulo, que comenzó como una apuesta geopolítica, dejó un legado que aún resuena en la participación de colombianos en escenarios bélicos a nivel global, contra su voluntad en conflictos que les son ajenos.

Facebook
LinkedIn

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Nuestro blog

Pensamos el país por escrito, acá encuentra parte de nuestras propuestas y reflexiones sobre Colombia. También algunos trabajos de nuestros investigadores.

Historia

Ecos de la infancia perdida

Recientemente, el diario El País alertó sobre la desaparición de 288 niños en lo que va del año, un hecho que evoca oscuros episodios del

Read More »

Puede escribir sus inquietudes