El rol de la magia en la sociedad colonial

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Shara Naranjo

Coordinadora de contenidos y proyectos en Estudios Sociales de Colombia

Es bien sabido que la magia es una práctica que sigue en pie en nuestra sociedad,   relacionada con objetos materiales para obtener un fin específico: un amarre amoroso, por ejemplo. Pero esta es una tradición de antigua data que significaba para el mundo colonial del siglo XVI al XVIII todo un entramado de comportamientos. 

Quédese y le contamos qué hacía la magia sobre la sociedad colonial.

Una forma de entender la vida

Primero es necesario entender que más que una verdad, las prácticas mágicas formaban parte de un complejo sistema de símbolos que facilitaba la comprensión del mundo. Crearon una forma de acercarse al mundo y construir “lo real”, en esta sociedad de la América colonial.

A pesar de su importancia en la construcción de realidades, estas prácticas eran perseguidas. Las acusaciones y juicios no solo servían para la marginalización de grupos minoritarios y la cultura popular, sino también para regular lo considerado extraño y misterioso. 

Por ejemplo, las muertes inexplicables o infantiles eran frecuentemente atribuidas a la brujería, ya que la muerte sin sufrimiento era mal vista. 

Los juicios se dirigían particularmente hacia los grupos sociales que operaban como intermediarios culturales. Estos grupos, que incluían cirujanos, médicos, lavanderos y esclavos domésticos, desempeñaban un papel en la transición entre diferentes mundos culturales y tenían la capacidad de adquirir y transmitir saberes diversos. 

Agostino Brunias, Vista del valle Roseau en isla dominica mostrando esclavos, indigenas y creoles

Como indica Diana Luz Ceballos, algunos de estos intermediarios aprendían su oficio al lado de médicos de la tradición mediterránea, pero integraban también rituales y plantas provenientes de la tradición indígena, así como prácticas adivinatorias y métodos de tratamiento de origen africano, europeo e indígena. 

Es decir que las prácticas mágicas eran también un espacio en el que habitaban las diferentes culturas y percepciones del mundo, y esta fusión refleja cómo la salud, la enfermedad y la muerte estaban profundamente vinculadas al imaginario colectivo de la magia.

En este contexto, las prácticas mágicas abarcaban desde la búsqueda de curas para enfermedades, hasta la venganza, la atracción amorosa y la manipulación interpersonal. Las prácticas incluían la creación de dispositivos para atraer a un ser amado o para encontrar un amante perdido.

¿Brujería o hechicería?

Ceballos distingue entre diversas categorías de magia. La brujería, asociada a las culturas africanas y la cultura popular europea, se empleaba para explicar el mundo y resolver conflictos, con una connotación negativa y sin necesidad de medios materiales para su fin, como es el caso del mal de ojo. 

Por otro lado, la hechicería se caracterizaba por el uso de medios materiales o simbólicos y rituales destinados a fines específicos, pudiendo tener efectos tanto positivos como negativos. Dentro de esta categoría se incluye la magia amorosa, también conocida como el arte del bien querer.

Un ejemplo notable de control social por hechicería y de magia amorosa es el caso de Paula de Eguiluz, originaria de Santo Domingo, quien fue juzgada en dos ocasiones por la Inquisición de Cartagena por su práctica del arte del bien querer. Este arte incluía la preparación de pócimas, baños, ungüentos y amuletos para atraer amantes o controlar a maridos infieles.

La pócima revela la sociedad

Las prácticas mágicas también representaban una forma de controlar comportamientos y deseos románticos, carnales o violentos, ofreciendo un medio para manipular y regular la conducta social.

Revelan una rica mezcla cultural que integra tradiciones africanas, europeas e indígenas americanas, y reflejan la cultura y el imaginario popular del período colonial.

En conclusión, las prácticas mágicas en el Nuevo Reino de Granada destacan por su rica combinación cultural y espiritual. La integración de diversas creencias muestra cómo las comunidades coloniales crearon un sistema sincrético que no solo facilitaba la comprensión del mundo, sino que también ayudaba a mantener y negociar identidades culturales en un contexto colonial complejo. 

La magia se percibía como una herramienta tanto para la resolución de conflictos como para el control social, entrelazando lo sobrenatural con lo cotidiano.

¿Quieres saber más?

Diana L. Ceballos. (2001). Grupos sociales y prácticas mágicas en el Nuevo Reino de Granada durante el siglo XVII. Historia Crítica(22), 51-71. https://doi.org/10.7440/histcrit22.2001.03

Adriana Maya. (2003). Paula de Eguiluz y el arte del bien querer, apuntes para el estudio de la sensualidad y del cimarronaje femenino en el Caribe, siglo XVII. Historia Crítica, (24), 101-118. 

https://revistas.uniandes.edu.co/index.php/hiscrit/article/view/3934/3177

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