Shara Naranjo
Coordinadora de contenidos y proyectos en Estudios Sociales de Colombia.
Colombia es un actor secundario en la industria petrolera de América, sin embargo ante la falta de fuentes de financiación no tributarias el Estado colombiano es dependiente de los recursos obtenidos del consumo de combustibles. Es un tema complejo que acá le explicamos.
El Grupo Ecopetrol representa el 9% del PIB nacional, además participa de sectores tan estratégicos como la generación de energía eléctrica con su participación en ISA. Aun así la economía nacional sufre de una dependencia a las actividades mineras desde el siglo XIX y no ha sido capaz de encontrar la ruta del valor agregado con la producción industrial o de servicios.
La adicción del Estado colombiano a los recursos obtenidos por rentas petroleras e impuestos asociados al consumo de combustibles no ha podido ser superada en un momento de expansión del gasto público que para el año 2023 alcanzó un 10.5%, siendo los servicios de salud y la deuda pública los principales componentes que obligaron a gastar más.
Para añadir un elemento de mayor fragilidad de la economía nacional es la exposición a fluctuaciones internacionales del precio del petróleo en un mercado del que Colombia participa marginalmente como vendedor y comprador, en una búsqueda de proteger a los productores se estableció un Fondo de Estabilización de Precios del Combustible, a cargo del Ministerio de Hacienda.
¿Para qué estabilizar los precios?
La estabilidad de los precios es uno de los objetivos principales de la política económica, y su importancia radica en la capacidad de mantener el equilibrio entre el crecimiento económico, y el bienestar de la población.
En un país como Colombia, cuya economía depende en gran medida de las exportaciones de recursos naturales, las fluctuaciones de los precios internacionales pueden generar ciclos de auge y recesión, afectando tanto a los ingresos fiscales como a la inversión privada.
Bajo estas consideraciones se creó en 2007, bajo el gobierno de Álvaro Uribe, el Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles (Fepc) para manejar la volatilidad de los precios y estabilizar el mercado interno ¿Cómo llegamos a eso?
Hasta 1998, los precios de la gasolina y el ACPM en Colombia se ajustaban de manera poco frecuente, lo que afectaba la inflación y causaba inercia en los precios. En 1998, se adoptó una fórmula para fijar los precios basada en el valor internacional y costos asociados. Desde 1999, se introdujo el “precio de paridad” para ajustar los precios mensualmente según el precio internacional y la tasa de cambio.
En 2007, se creó el Fondo para manejar la volatilidad de los precios y el mercado interno. No obstante, es necesario tener en cuenta que en 2007 los precios del petróleo iban en aumento.
Entre diciembre de 2007 y mayo de 2009 se presentó una caída del 69,1% en los precios del petróleo, produciendo significativos ingresos al fondo. Desde entonces, el fondo no volvió a registrar ingresos relevantes en lugar de gastos hasta abril de 2020.
Es decir que hasta el momento el Fepc ha generado en mayor medida gastos fiscales que se han pagado con títulos de deuda pública. Es necesaria una reevaluación el Fepc porque está cargando de deuda pública, sin alcanzar sus objetivos, además, teniendo en cuenta que la mayor parte del consumo de gasolina del país es de producción nacional, pierden sentido las referencias internacionales para los precios internos del combustible.
Aporte minero al PIB: petróleo, carbón y otros
En 2024, la actividad minera en Colombia sigue siendo un pilar clave para la economía, especialmente en lo que respecta a la explotación de minas y canteras.
El aporte del sector minero al Producto Interno Bruto (PIB) durante los primeros trimestres de 2024 ha mantenido una tendencia ligeramente decreciente. En términos constantes, el PIB del sector ha sido de 10.039, 9.666, 9.267 y 9020 miles de millones de pesos según el DANE.
Por su parte, las exportaciones mineras, que incluyen principalmente productos como petróleo, carbón y otros minerales, han mostrado cifras considerables, alcanzando los 2.109 millones y 2.227 millones de dólares en el mismo periodo de 2024.
El comportamiento mixto entre el PIB y las exportaciones resalta las dinámicas de dependencia que tiene Colombia hacia sus recursos naturales, especialmente el petróleo y el carbón. Mientras que la producción interna parece haber enfrentado desafíos, el comercio exterior sigue beneficiándose de la demanda internacional por estos recursos.
Del Zancudo a Ecopetrol y en reversa
La historia de la explotación de recursos naturales en Colombia ha estado marcada por dos grandes ciclos: la era de minería aurífera, representada por empresas como El Zancudo en el siglo XIX, y la posterior era del petróleo, reflejada en Ecopetrol desde mediados del siglo XX.
En el siglo XIX, la minería del oro era la columna vertebral de la economía en regiones como Antioquia. La explotación de minas de El Zancudo impulsó el desarrollo económico de la región. Cerró en 1948 tras el deterioro que experimentó en la capacidad de innovación.
Tras la era de las concesiones petroleras comenzando en 1906 y encabezada por la Tropical Oil Company, hasta 1951 se creó la Empresa Colombiana de Petróleos – Ecopetrol, de un carácter mixto.
Con ella, Colombia comenzó a integrarse al mercado global de hidrocarburos, y el petróleo rápidamente se convirtió en una fuente de ingresos para el Estado. El país ha profundizado su dependencia al petróleo, trayendo consigo los desafíos vinculados a la volatilidad de sus precios.
Al revisar la historia de El Zancudo y Ecopetrol, observamos un ciclo en el que Colombia ha oscilado entre diferentes recursos extractivos, generalmente bajo la sombra de la dependencia, sin lograr desarrollar una industria manufacturera sólida ni un sistema económico más equilibrado.
Ministerio de Hacienda: la función de tapar huecos con otros huecos
La dependencia crónica de Colombia al petróleo y otros recursos naturales ha puesto en evidencia una fragilidad económica persistente, particularmente en relación con el Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles (FEPC).
El FEPC fue diseñado para gestionar la volatilidad del mercado petrolero y estabilizar los precios interno frente a las variaciones externas, pero el costo de mantener este fondo ha sido elevado. A lo largo de los años, el equilibrio del FEPC ha requerido gastos significativos que han sido financiados principalmente a través de deuda pública.
El impacto económico de estos gastos es notable: la deuda pública generada para cubrir los déficits del FEPC representa una carga fiscal de 15,2 billones de pesos. En esencia, el esfuerzo por equilibrar el fondo ha resultado en un alto costo para el país, sin ofrecer los beneficios imaginados a largo plazo.
En la última semana hemos visto un intento por estabilizar el fondo con el aumento del ACPM, y las consecuencias de esta decisión. Sin embargo, es necesario reevaluar el hecho de que se equiparen los precios nacionales del petróleo con los globales.
La crisis del FEPC nos recuerda la tarea pendiente de obtener fuentes de ingresos menos precarias y dependientes. De lo contrario, el endeudamiento y el gasto seguirá debilitando la economía nacional.