Cinco voces para cantar

María Camila Tapias Bedoya

María Camila Tapias Bedoya

Jefa de Nuevos proyectos de comunicación

Las voces y la pluralidad de formas y colores es una de las muchas cualidades a destacar del territorio colombiano. Sobre la tierra del realismo mágico no surgen historias ni arte de la nada. Aquí de la cotidianidad y el trabajo se manifiesta lo surreal y lo bello, sin tener nada que envidiarle a otros vecinos más allá de las fronteras.

De las sabana, los puertos, las selvas del Pacífico, las sabrosas orillas del Caribe y el interior colombiano, brotan grandes artistas que no alcanzan a reunir la basta densidad de ritmos y talentos inmiscuidos en cada región y departamento del país, pero sí a traen consigo lo mejor que tienen por mostrar de su comunidad, su hogar, su región y de sí mismas.

Por esta razón y muchas más, te invitamos a conocer a cinco artistas colombianas que luego de escucharlas no vas a querer tenerlas fuera de tus listas de reproducción.

Rita Fernández “La juglaresa del vallenato”

Rita no tuvo otra forma que dejar que la naturaleza y su condición de mujer artista afloraran de forma natural como le ha pasado a todos sus ancestros. En su amplia carrera musical ha coleccionado talentos que de vez en cuando deja relucir en un pedazo de acordeón, en un piano recostado en la pared de su casa o en un montón de hojas blancas donde escribió grandes composiciones inolvidables como “Sombras Perdidas”, que más tarde serían inmortalizadas en la voz de otros colegas suyos como Rafael Orozco.

Como cualquier adolescente de película que sueña con tener su propia banda de rock en el garaje de su casa, Rita Fernández tuvo su agrupación vallenata llamada Las Universitarias, que más allá de cantarle al amor, le cantaron al pueblo y a sus costumbres, plasmando su nostalgia por la llegada de un siglo moderno en canciones como Viejo Valledupar, Camino a San Sebastián o Nostalgia Fonsequera.

Andrea Echeverry y su rock

Con Andrea se rockeó y también se sigue rockeando. Desde los 90’s lleva viajando entre los sonidos de su guitarra, sus trajes, su ecología y su feminismo tan necesario para cantar de lo que no se canta y discutir de lo que medio se nombra. Una mujer que abatió las cabezas de una juventud que ahora va más allá de los treinta y pico, pero que sigue tarareando o recordando momentos icónicos de su adolescencia acompañados de su voz. 

Entre sus trabajos se destacan “Tormenta”, “Menos mal” y por último “Ruiseñora” donde toma los ritmos Andinos para engrandecer el que hacer de la mujer campesina de alpargatas y ruana.

El bullerengue es de Petrona y todas las mujeres del mundo

El bullerengue es solo solito de Petrona y de todas las mujeres del mundo. El bullerengue es un baile cantado, cuya danza solo puede ser interpretada por mujeres. Es el salto de simbólico al camino que lleva a la adultez. Petrona ha hecho esto tan suyo que no le bastó que fuese solo suyo, sino que también quiso que fuese de cada mujer de cualquier continente, país, departamento, ciudad, municipio o corregimiento.

En su carrera describió escenas de la vida cotidiana de Los Palenques, así como también llenó de gozo e inspiración a nuevas generaciones de artistas.

Nidia Góngora y las noticias que se cantan

Las canciones de Nidia son la radiografía de los pueblos colombianos. Los murmullos chismosos, el olor a licor y la noticia triste del asesinato de una vecina quedan contadas en baladas “borrachas” y en lo que parecen noticias o historias cantadas de la timbiquireña. En ella se conoce, recuerda y descubre los placeres en la marginalidad, la sencillez y la humildad. Así como también aviva y grita las necesidades y tristezas de su misma gente.

María Cristina Plata: su corazón y sus triunfos

Con los instrumentos y los ritmos que los Andes colombianos le regalaron, María Cristina se las arregló para cantar de corazón a corazón. Sus canciones son una oda al amor y el desamor.

Sus canciones son hechas con las uñas, es ella misma quien compone, canta, produce, arregla sus canciones y es su propia banda.  Con más de una década de carrera ha logrado consolidarse como una mujer influyente e importante en la industria, llegando a ser considerada por la revista Forbes una artista influyente luego de que su rostro iluminara las calles frente al Times Square en Nueva York.