¿Mamá o papá?

Daniela Tarazona

Daniela Tarazona

Asistente Legal

Aunque suene increíble, separarte de tu pareja no es el paso más difícil. Cuando sentimos que una relación amorosa no tiene más remedio que terminarla, decidimos tomar caminos por separado, ¿pero qué sucede cuando esa relación no involucra sólo a dos personas, sino que vienen detrás unos pequeños pasos que te acompañan?

Los niños, niñas y adolescentes gozan de una especial protección en Colombia, estableciéndose normativamente, entre otros derechos, la figura de custodia. 

La custodia es una obligación por la cual los padres deben garantizar el cuidado personal y directo del pequeño, es decir, los padres deben velar por sus derechos y seguridad en todo momento. Sin embargo, ¿qué sucede cuando los padres ya no desean convivir juntos y empiezan a surgir dudas sobre cómo se seguirá llevando el cuidado del niño(a)?

Como primera medida, se debe dejar en claro unas reglas básicas. Los padres de un niño, niña o adolescente que toman esta decisión, pero aún así quieran seguir siendo parte de la vida del pequeño ejerciendo su custodia, deben saber que el trámite a seguir se realizará pensando en su bienestar. Para los pequeños, un suceso de tal magnitud podría marcar su vida entera, y por tal razón debe hacerse lo menos traumático posible.

El vínculo entre el padre y/o madre siempre estará presente, por tanto son ellos quienes decidirán y tendrán certeza de cuál es el hogar más adecuado para su hijo(a). Así, la responsabilidad afectiva con el niño, niña o adolescente se cumplirá desde el primer momento.

Una vez analizados estos aspectos, los padres pueden acudir ante la autoridad competente, como es el caso de los jueces de familia o el Centro Zonal del ICBF, entre otros. Durante esta diligencia los padres expresarán sus acuerdos o disconformidades con lo pactado, y establecerán la custodia del niño(a), que puede ser totalmente para uno de los padres o pueden tener la custodia de manera compartida.

En la custodia compartida, la guarda del niño, niña o adolescente es de ambos progenitores por igual. Es decir, se conserva el 50% de convivencia para cada uno de los padres y se alterna el tiempo de ésta.

En el caso de la custodia exclusiva por uno de los padres, la guarda del niño, niña o adolescente le corresponde a un solo progenitor, quien estará a cargo de su cuidado,  bienestar y convivencia habitual. Además, este tipo de custodia genera un derecho de visitas hacia el otro progenitor, que estará sujeto a un acuerdo entre partes.

En todo caso, recuerda que aunque tu relación no haya funcionado, aún tienes el deber de criar a un ser humano integral. Sabemos que la crianza no es un tema fácil, pero se debe velar porque el niño(a) tenga el mejor entorno posible y las mejores personas que lo cuiden, garantizando que se críe, eduque, forme hábitos y tenga disciplina, entre otros criterios que forman personas extraordinarias.

En el Taller Jurídico estamos para atender y escuchar cada una de tus dudas, acompañándote en cada aspecto que necesites. No dudes en acudir a nuestros especialistas para que te brinden una solución a cada uno de tus problemas, ¡nosotros velaremos por el cuidado de tu hijo(a)!